domingo, 12 de septiembre de 2010

LAS ABEJAS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

No son pocos los estudios que alertan de que cada vez se detectan menos abejas y otros animales polinizadores cerca de las flores. De ahí el temor y la especulación de que esté declinando la polinización, lo que podría reducir la producción de frutas y semillas, y en última instancia causar un descenso de poblaciones de plantas o incluso que algunas de ellas lleguen a extinguirse. Un reciente informe de la Universidad de Toronto, en Canadá, proporciona la primera evidencia a largo plazo de que se está produciendo una tendencia a la baja en la polinización. En este informe se considera el cambio climático como un posible factor, de causa y efecto, pero no el único.

«El número de abejas puede haber disminuido. Pero sospechamos que un desajuste climático impulsado por la diferencia de tiempos entre el período en el que las flores están abiertas y el tiempo en el que los abejorros salen de la hibernación es un factor más importante», dijo James Thomson, científico del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva.

Thomson lleva 17 años estudiando la polinización de la flor de lirio glaciar en las montañas rocosas de Colorado. Se trata de uno de los estudios de más largo plazo hecho hasta ahora. Y revela una disminución progresiva en la polinización en los últimos años, sobre todo a principios de la temporada. El estudio ha sido publicado esta semana en «Philosophical Transactions of the Royal Society: Biologicas Science».

Allí, «no hay apicultura en la zona, ya que el lugar de estudio es demasiado alto y frío para apoyar a las colonias silvestres con abejas melíferas, por lo que este descenso no tiene nada que ver con el «desorden del colapso de colonias» de abejas. Los únicos polinizadores altamente eficaces de las flores de lis glaciar son las reinas de algunas especies de abejorros. Estas abejas son nativas de estos hábitats, a diferencia de las abejas de miel, que fueron introducidas en América del Norte por los colinizadores europeos», asegura Thomson a este semanario. Las reinas de los abejorros se producen en otoño e hibernan durante el invierno, generalmente en madrigueras subterráneas poco profundas.

Tres veces al año, Thomson compara el índice de fructificación de flores sin manipular con el de las flores polinizadas a mano. «A principios de año, cuando los abejorros de abejas reina están todavía hibernando, las tasas de fructificación son especialmente bajas», afirma. «Esto es preocupante, porque sugiere que la polinización es vulnerable incluso en un ambiente que está libre de pesticidas y de perturbación humana, pero todavía sujetas al cambio climático».

Ahora bien, según el propio autor, «la mayor amenaza para estas plantas puede que no sea únicamente la disociación de tiempo entre la floración de las plantas y cuando los abejorros comienzan a polinizar por el cambio climático, sino también porque se ha incrementado la probabilidad de que las flores mueran por culpa de las heladas. Esta doble amenaza no es improblable. En los últimos inviernos, el deshielo con la primavera se ha acelerado porque las tormentas invernales han depositado capas de polvo oscuro de los desiertos del suroeste sobre la nieve en las altas montañas».

Thomson inició sus estudios a finales de 1980. Su trabajo ha sido financiado por la Fundación Nacional Científica de Estados Unidos y el Consejo de Investigación Ingeniera de Canadá. Y aunque confirma la preocupación reinante entre los investigadores, lo cierto es que su estudio «se refiere a una planta en particular, que florece muy temprano, es polinizada por animales que hibernan y está sujeto a un clima volátil muy afectado por los patrones de deshielo, por lo que debe considerarse como un caso en concreto».

Fuente: La Razón

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